Francisco Ortiz Romero | ¡Qué bien huele un colegio! No puedo evitar ponerme la sonrisa cuando, por la mañana, acudo al cole con mis hijos. El colegio ha sido el refugio de mi infancia, la sede de mis andanzas. Miro ahora los dibujos de los niños, los lemas: “Todos somos iguales ante la ley”, “Educar para la Vida”. En nuestros hijos, en sus pequeñas victorias, depositamos nuestros más puros ideales, de un mundo mejor, en democracia, en libertad, sin racismo ni opresión. En efecto, la comunidad en la que viven los niños traslada su modelo de sociedad a los más pequeños. Como bien dice Fernando Savater: “por medio de estímulos, casi todo en la sociedad humana tiene una intención decididamente pedagógica”. La democracia, el socialismo, el cristianismo, el liberalismo, exigen el condicionamiento de los cachorros de ciudadano, a riesgo de caer en la propaganda. Hay aquí un dilema importante entre educación y adoctrinamiento. Entonces, ¿cuál es el modelo educativo a seguir? ¿Debe...
Revista para gente sin dogmas