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Mostrando entradas de agosto, 2009

No se puede dibujar aquello sobre lo que uno está sentado

Era se una vez un hombre muy pequeño que encaramado al incómodo taburete que les daban a los vigilantes de sala, parecía algo así como un macaco sentado sobre un árbol de navidad. Cada día debía permanecer sobre esa embarazosa posadera ocho horas – ese era su trabajo –. Durante todo este tiempo su preocupación fundamental era llegar a un buen entendimiento con el taburete, que podría resumirse en solucionar el problema de encontrar una postura cómoda que le hiciera más llevadero el paso del tiempo. A las diez de la mañana, cuando el museo abría sus puertas, el hombre muy pequeño comenzaba su dura tarea. Primero fijaba su tímida y alelada mirada sobre el objeto de su agonía. (nota del autor) Antes de continuar con el relato, el lector interesado querrá saber que el objeto en cuestión era obra del prestigiosísimo diseñador holandés Willem Van Aelst, autor de obras tan conocidas como el sofá circular Van Aelst y el retrete trípode Van Aelst. El taburete que el mus