El tiempo es aquí y ahora.
Actuemos como encantadores directores y encandilemos a la fascinada audiencia con un espectáculo inolvidable. Hagamos que la primavera comience con un tronar de bombas ¡¡¡BOOOOM!!! Cubramos el cielo de Teherán de fuegos artificiales radioactivos y abramos el estrecho de Ormuz como las piernas de una buena puta. Entonces, los podridos monarcas de Arabia gritarán: “¡Alá es grande!”, y el barril de brent estará tirado de precio.
El tiempo es aquí y ahora. Incentivemos la industria armamentística con otra guerra preventiva, dilapidemos recursos para fomentar la escasez entre las masas, confiemos – una vez más – en que el carnicero sionista hará bien su trabajo.
El tiempo es aquí y ahora. Nuestros voceros ya han difundido el mensaje, el ciudadano de a pie nos dará la razón. Con un carajillo en la mano, viendo la televisión, comentará en el bar – haciéndose quizás el entendido – que la guerra es necesaria porque Irán financia a Al Qaeda... ¡O delicia aún mayor! Afirmará convencido, en familia y tras el telediario, lo peligroso que son estos ¿moros? teniendo la bomba atómica... ¡MMMM! Después, cruzará sus brazos y hundiéndose en su sillón reblandecido olvidará completamente el tema.
El tiempo es aquí y ahora. ¡Bendita crisis!
Dr. Marte
Texto Publicado en el sexto número de la Revista NOTON
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