Por fin has decidido visitar mi impoluta nada y asomarte a mi abismo de pureza vacía. Necesito que recree con tus palabras mis nervaduras, que como fluídos me hará volver a sentir la pulsión de vida, que antaño tuve. Cuando sentía sobre mí el cosquilleo que me producía las hormigas, inundándome con su lenguaje extraño; y era yo una intérprete más de la sinfonía de la hojarasca que dirigía el viento. Transformada hoy, e impregnada con el tiempo, por el ahora del sepia rancio, deseo que me fertilices con tus pasiones; y abrás este agujero de blanco anodino. Una vez que hayas seducido a las ninfas guardianas para que te dejen entrar y así penetrarme. Y que de ti brote la esperma oscura, y vuelva yo a ser naturaleza viva. No te dé miedo a zozobrar en mi limitado espacio. Tu Génesis lo hará expansivo y tus palabras de escultor se encargaran de moldear su vacío, con tus ensoñasiones demócritas; mientras sonriente, enternerás la Gravedad, y entonces l...
Revista para gente sin dogmas