José Bejarano (@PeBejarano) · Colaboración para NOTON***
Los periodistas asistimos perplejos al derrumbe de los medios tradicionales de información y al surgimiento de nuevos paradigmas de comunicación en los que no acabamos de encontrar nuestro sitio. Estamos profesionalmente en una encrucijada entre un mundo que muere y otro que no acaba de nacer y, lo que es peor, lo hacemos con excesiva frecuencia como meros convidados de piedra. Para definir la realidad de los periodistas hay que hablar no de crisis, sino de catástrofe, fruto de la confluencia de tres elementos de efectos demoledores: la crisis económica, la irrupción de Internet y el descrédito generalizado como consecuencia de la pérdida de los referentes éticos y la deontología profesional.
El diagnóstico de los males que aquejan a la profesión periodística está hecho y no creo que aportemos mucho abundando en el asunto. Si acaso, añadamos que todos tenemos parte de culpa: los periodistas por haber abandonado, salvo excepciones, las normas elementales de la deontología profesional y cedido demasiadas atribuciones a las empresas; éstas por haber renunciado a su responsabilidad social en aras del negocio sin alma; los gestores políticos por poner los medios públicos al servicio de los intereses partidistas y a los dictados de las audiencias; la sociedad por falta de espíritu crítico y por echarse sin escrúpulos en brazos del circo mediático…
Pero lo que nos interesa ahora no es la crítica, sino empezar a buscar soluciones. Ya hemos perdido demasiado tiempo en lamentaciones y en señalar culpables. Por eso, las dos primeras medidas imprescindibles para salir del hoyo son dejar el llanto y abandonar la pasividad. Nadie nos va a dar nada a partir de ahora. La mayoría de las empresas han perdido el interés por la información (se conforman con la propaganda servida por gabinetes de prensa bajo apariencia de información que el público consume sabiendo que es un sucedáneo). Las malas condiciones de trabajo del periodista no son fruto sólo de la crisis, sino de la degradación de la propia información, de la pérdida de las señas de identidad del periodismo y de su función social. Nos hemos hecho prescindibles.
Por eso un amplio grupo de periodistas hemos tomado la decisión de iniciar un ambicioso proyecto que nos conduzca a contar con nuestros propios medios de comunicación a través de empresas de autoempleo. La denominación de este movimiento es Se buscan periodistas y pretende ser un instrumento para reencontrarnos en el camino de vuelta a la forma de entender la profesión que nunca debimos abandonar: el compromiso con la veracidad, la búsqueda de la ética, el interés público por encima de egoísmos particulares y manipulaciones. Nos unimos para reinventarnos, para crear tejido empresarial en un gremio poco dado a iniciativas de este tipo, para poner rumbo a la recuperación de la información como producto valioso y, por ende, revaluado económicamente. No hay otra forma de salvar nuestra profesión que la vuelta al periodismo.
¿Cómo alcanzar objetivos tan ambiciosos con medios tan escasos? Andando se hace el camino. De momento constituiremos una cooperativa por la que ya han mostrado interés cerca de 300 profesionales de la comunicación. Será la primera que aúne el proyecto de creación de un diario digital y una emisora de radio con una plataforma multiservicios para los periodistas necesitados de apoyo empresarial, asesoría, infraestructura organizativa, formación en gestión de empresas, nuevos yacimientos de empleo, promoción de contactos entre profesionales…
Se buscan periodistas nace como plataforma en movimiento, abierta y plural. Un foro de ideas e iniciativas que nos lleve a romper la inercia del fatalismo. Vamos a promover medios de comunicación profesionales apelando a la complicidad de la ciudadanía, ofreciéndole periodismo de calidad y compromiso social. Contaremos con un sello de calidad. Que nadie acuda a Se buscan periodistas esperando que le solucione el desempleo, sino a traer ideas, iniciativas, proyectos. Entre todos buscaremos recursos y apoyos que los hagan viables. Hemos creado seis comisiones de trabajo: dirección, financiación, proyectos, organización, difusión y modelo de periodismo. Contamos socios en 27 provincias españolas.
En definitiva, estamos en movimiento, no en el llanto, y camino reinventarnos. Sabemos que eso implica riesgos: habrá éxitos y fracasos. Somos tan conscientes de ello como de que permanecer un minuto más instalados en el lamento y en la pasividad no nos llevaba a ninguna parte. De todos nosotros dependerá que lleguemos a buen puerto.
***José Bejarano es periodista y coordinador de la cooperativa 'Se Buscan Periodistas' · Este texto fue publicado en la Revista NOTON nº7 (Otoño 2012).
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