// Los que han dejado de pensar y han aceptado conclusiones definitivas: espectadores, miembros del bloom, burgueses, comunistas, anarquistas ortodoxos y descerebrados de cualquier credo, son gente que ya no nos interesa y con la que no queremos contar.
Tenemos el propósito de estar abiertos a la consideración de 'cualquier' concepto nuevo o extraño, y más aún, a la reformulación o eliminación de cualquier concepto o conocimiento heredado del pasado. En este sentido rechazamos todo simbolismo, porque los símbolos congelan ideas y las convierten en látigos, que sirven para que pocas manos los empuñen y muchas espaldas sean golpeadas.
Nosotros aceptamos ser parte del problema, y escupimos en la cara de los que se creen santos, porque el problema es la sociedad como conjunto, pues la voz del poder somos nosotros mismos y aflora cada vez que abrimos la boca sin pensar.
Así animamos a la deserción social, deserción antes que revolución, porque no hay nada más urgente que dejar atrás la herencia del esclavo. Deserción, y ya, de las formas de vidas impuestas, de los roles sociales, del lenguaje aprendido, de la ética, el placer y los valores de una sociedad decadente a la que despreciamos.
Todo está por decir.
No hay verdad fuera de la acción.
Y la acción se construye viviendo.
Tenemos el propósito de estar abiertos a la consideración de 'cualquier' concepto nuevo o extraño, y más aún, a la reformulación o eliminación de cualquier concepto o conocimiento heredado del pasado. En este sentido rechazamos todo simbolismo, porque los símbolos congelan ideas y las convierten en látigos, que sirven para que pocas manos los empuñen y muchas espaldas sean golpeadas.
Nosotros aceptamos ser parte del problema, y escupimos en la cara de los que se creen santos, porque el problema es la sociedad como conjunto, pues la voz del poder somos nosotros mismos y aflora cada vez que abrimos la boca sin pensar.
Así animamos a la deserción social, deserción antes que revolución, porque no hay nada más urgente que dejar atrás la herencia del esclavo. Deserción, y ya, de las formas de vidas impuestas, de los roles sociales, del lenguaje aprendido, de la ética, el placer y los valores de una sociedad decadente a la que despreciamos.
Todo está por decir.
No hay verdad fuera de la acción.
Y la acción se construye viviendo.
Carlos G. de Castro, coeditor NOTON
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