Es tiempo, aquí y a ahora, de ajustar cuentas.
En la sociedad actual el impulso suicida de una economía enfocada al corto plazo y al beneficio inmediato ha reducido el conocimiento a “privilegio”, mientras ha elevado la estupidez a “derecho universal”. Hoy todos tenemos el derecho a ser estúpidos; pero el derecho a una educación será determinado por la renta, o por el “éxito” educativo, ¡y! Sólo según los parámetros de esa misma economía suicida; que separa el conocimiento, lo fragmenta, persigue a las ciencias humanas y lo mantiene vivo únicamente como conocimiento tecnológico, separado de la esfera humana y únicamente útil a sus fines necrófilos.
En este contexto la responsabilidad de los universitarios es fundamental, como lo es también la del resto del cuerpo social “despertado”. Se plantea el desmantelamiento de la educación universal para terminar de generar el proyecto de la universalización de la estupidez. Pero los universitarios tienen en su poder capacidades latentes, que de desencadenarse pueden invertir completamente esta tendencia. El poder lo sabe, y los universitarios deben saberlo también.
El problema al que se enfrenta la actual economía es grave. Para sobrevivir (un poco más) tiene que liquidar toda forma de crítica que pueda evolucionar hasta una alternativa económica y social que le sustituya. En el momento actual, la devastación de los recursos naturales, lleva a las clases dominantes a reducir más y más el acceso a la formación de las clases populares con el fin de mantener su estatus y retener a la mayoría en una ignorancia artificial.
Los universitarios de hoy, con todos los defectos de su formación, pueden ser la última generación formada, sus conocimientos, de unirse, podrían generar una revolución cultural y social capaz de enfrentar los problemas realmente existentes y superarlos. Por eso es tan necesario que tomen consciencia de su propia energía y capacidad.
Fuera de cualquier partido político o secta que los quiera llevar a un redil controlado, fuera de obsoletas formas de lucha, la parte de la población con más información debe salir a la calle, para aplicar sus conocimientos y transformar una realidad desde todo punto de vista INSOSTENIBLE.
No se plantea una lucha en el ficticio juego político, lucha por sillones, representatividad, etc. Todo eso esta muerto y los universitarios lo saben. En la medida en que no se dejen representar por nadie, en la medida en que no se dejen desmovilizar por los cobardes que miran a sus exámenes mientras el edificio universitario de cae a pedazos; este paro puede ser la chispa que genere una oleada de cambios en toda la sociedad.
El paro académico es una oportunidad para el TRABAJO, para ser los únicos dueños de su trabajo.
Todo el que durante el paro se quede en casa será un criminal.
Universitarios:
Superar los muros de las facultadas y devolver a la sociedad los conocimientos y capacidades que atesoráis. Vuestra inteligencia es hoy revolucionaria, vuestro criterio el único, no sigáis a ninguna bandera, sólo a vuestra consciencia transformadora.
Ahora:
Ocupad la ciudad.
¡Ampliad vuestras aulas!
18/05/2012 · Carlos G. de Castro · NOTON
“La escuela, esa vieja y gorda vaca sagrada (...) abre un
ResponderEliminarabismo de clases y prepara una élite y con ella el facismo” (Ivan Illich, 1968).
Absolutamente de acuerdo, Foucault decía "todo niño es un preso político".
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