Las expropiaciones YPF y de REB por parte de los estados de Argentina y de Bolivia agravan un ciclo convulso en las relaciones de poder del Gobierno de Mariano Rajoy con la comunidad internacional en un momento de especial debilidad para España.
ANÁLISIS. A nivel interno las nacionalizaciones de YPF, filial de la multinacional Repsol, y de Red Eléctrica de Bolivia, filial de Red Eléctrica Española, favorecen al Ejecutivo conservador. Cohesionan con el discurso españolista a una mayoría social en claro retroceso por la crisis y por la receta para salir de ella.
En medio de la oleada de reformas económicas e ideológicas que cada viernes marca la terna del Partido Popular en el Consejo de Ministros, Cristina Fernández de Kirchner y Evo Morales son el herético externo y avizor necesario para contrarrestar la crudeza de las políticas internas.
Ellos –jefes de Estado de Argentina y de Bolivia- son caricaturas para una clase política, la española, acostumbrada a pisar sobre el parqué mejor que sobre el albero. Sus políticas son calificadas de populistas. Las cabeceras de la prensa nacional desde La Gaceta a El País sacan pecho a modo de buen patriota y cierran filas para, salvando ligeros matices, reproducir al unísono el discurso oficial. La literatura del libre mercado, y del capital.
Equiparan los intereses de mercado de una corporación multinacional con los intereses de España como país. La falacia presenta las medidas de un gobierno legítimo y soberano que contravengan a los intereses de compañías multinacionales a nivel global como un ataque del país a España. Por esta lógica, la ‘hostilidad’ de Argentina tendría ‘consecuencias’, alertaba días antes de la nacionalización de YPF un ministro de Rajoy. Su discurso era improvisado pero contundente.
A nivel externo, el ejecutivo queda en evidencia ante la comunidad internacional al ser incapaz de resolver satisfactoriamente los conflictos de intereses entre empresas parcialmente con capital español y los gobiernos de países ‘amigos’. En la situación económica de España, es un motivo más para evidenciar la debilidad del país. El propio ejecutivo criticó la tibia respuesta de Estados Unidos a la expropiación de YPF al tiempo que disputa ante la Comisión Europea medidas contundentes como las que reclamaba el ministro que no llegan. Kirchner y Morales salvan sus cuentas patriotas. Las medidas cohesionan también en sus respectivos países. Y siguiendo las nacionalizaciones del venezolano Hugo Chávez, van camino de instaurar un término nuevo, Amerhispano, desde el que definir las nuevas relaciones de poder.
El discurso de Rajoy encerraba la dialéctica histórica a partir de la que concibe el Gobierno de España las relaciones con Hispanoamérica. Tratan de hacer valer los aires de un próspero y superior colonialismo que, a estas alturas, ni es próspero, ni superior, ni probablemente exista en los pueblos de la América bolivariana. Tome nota, presidente.
02/05/2012 · Juan Carlos Romero · NOTON
Comentarios
Publicar un comentario