Toda educación es ideológica, pues la función primordial de todo sistema educativo es sostener a la sociedad a la cual pertenece, perpetuarla en el tiempo. Nuestra sociedad es la sociedad del Decadente-capitalismo y por ello no tiene otra opción que la de la Decadente-educación.
¿Qué es una escuela? El edificio donde lxs niñxs pasan las horas alienadas de su infancia mientras sus progenitores dedican ese tiempo al desarrollo del trabajo alienado; el que sirve al imperio de la dominación espectacular de la mercancía.
¿Qué se enseña? Contenidos separados, dispersando el conocimiento y alejándolo del contexto social, como si hubiera un inmenso abismo entre los ámbitos del saber y de la VIDA, como si no fueran una y la misma cosa... Se enseña a ser personas pasivas, sometiendo a la mente y al cuerpo del infante a largas horas de tedio; eliminando y castigando la creatividad, al tiempo que se premian la obediencia y la repetición de tareas mecánicas. En definitiva se enseña un no-pensamiento, un sucedáneo del pensamiento unitario, el que permite una comprensión global de la persona y su entorno.
Obviamente todas las escuelas no son iguales. Grosso modo; las escuelas públicas forman a los individuos atemorizados que engrosarán las listas del paro y del empleo precario, mientras que las escuelas privadas forman a los cargos intermedios (técnicos), y las más elitistas a la futura clase dominante. Por supuesto la ideología neoliberal e individualista, sustentada en los discursos del falso “crecimiento espiritual”, nos dirá que todo depende de nosotros mismos, presentando a la pobreza y la miseria a modo de ejemplos de fracasos personales, jamás sociales.
En este contexto no caben reformas posibles. El Decadente-capitalismo aceptará cualquier reforma al precio de no modificar su parámetro fundamental: todo es reducible a mercancía. Pero es precisamente esa cosificación del mundo la responsable, en término último, de la terrible crisis ecológica que padecemos, de la falta de solidaridad y del desarrollo de vidas humanas miserables, enfocadas a la mera supervivencia.
Desde NOTON exigimos, aquí y ahora, una educación para la VIDA. Reivindicamos la abolición del conocimiento separado, que divide en materias y elimina la capacidad de abstracción de las personas. El único conocimiento que nos interesa es el conocimiento unitario, capaz de hacer a las niñas y los niños cómplices de su entorno, relacionando sus conocimientos intelectuales con el desarrollo práctico de sus VIDAS; sembrando así las semillas de futuros adultos libres, autónomos y autoconscientes. La educación es una prioridad, pues a través de ella podemos lograr individuos despegados de las mercancías y capaces de crear un mundo que no se devore a sí mismo. Esta tarea es urgente y una esperanza de futuro.
NOTON
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