Patrick Cockburn
En Libia el efectivo control militar rebelde desafía ampliamente la estabilidad de la política. En Trípoli hay puestos de control en todos lados y a lo largo de la carretera de la costa por el este y el oeste. La seguridad es inesperadamente buena, considerando que la guerra recién ha terminado en estas áreas con alta densidad de población. Incluso los tiros al aire de los exultantes rebeldes están desapareciendo.
"Gracias Francia" |
Los miembros del Consejo Nacional de Transición (TNC, por sus siglas en inglés) se han demorado para llegar a Trípoli y aun más para asumir el control al llegar allí. Abdel-Rahman el-Keib, un miembro del TNC, me dijo que creía que los políticos rebeldes, a pesar de su firme confianza en la victoria, estaban "desorganizados porque no pensaban que la caída de Gadafi fuera tan rápida. Sus fuerzas no eran tan poderosas como pensábamos".
Las divisiones que no eran tan significativas en Bengasi repentinamente lo son cuando se trata de elegir quién obtiene un trabajo importante en Trípoli. Ya existe una disputa sobre quién se hará cargo de los miles de millones de dólares que se han descongelado en Libia. Ayer también fue la fecha límite que originalmente habían establecido los líderes tribales de Obeidi al TNC para encargarse de los miembros responsables del asesinato del comandante del ejército Abdul Fattah Younes el 29 de julio. Han amenazado con que, si el TNC no actúa, ellos mismos se vengarán.
La tranquilidad actual puede ser engañosa. Muchos libios permanecen en sus casas porque creen que es muy peligroso salir y, sobre todo, hay una escasez alarmante de gasolina. Incluso fuera de las gasolineras cerradas hay colas de autos durante el día y la noche que esperan por el servicio. Algunas tiendas han vuelto a abrir, pero principalmente en el centro de los distritos con mayor seguridad, como Souq al-Jumaa. Una gran cantidad de libios, especialmente los de las zonas acaudaladas como Hai Alandus, todavía se encuentran en Túnez o en otros países donde pueden refugiarse.
Aún así, suenan vacías las amenazas de Gadafi de luchar una "guerra extensa" aunque logran que el consejo militar, a cargo de todas las milicias, esté nervioso. Su presidente, Abdelhakim Belhaj, me dijo que no le sorprendería que los hombres de Gadafi ejecutaran disparos y bombardeos. En el estado de máxima sensibilidad en que se encuentra Trípoli, los pequeños ataques que demuestren que el antiguo régimen no ha muerto por completo afectarían desmesuradamente su confianza. Cualquier vehículo que se acerca a los dos hoteles donde se hospedan miembros del TNC y los medios inquieta a las milicias.
La gente en Trípoli está asombrada, como si no pudieran terminar de creer su suerte de que la guerra de seis meses terminara tan rápido y de manera tan contundente. Esto también ha sorprendido a los comandantes del ejército local. Incluso en un área como Abu Salim, supuestamente repleta de seguidores de Gadafi, hubo pocas batallas. Khalid, un contador de un banco local que porta un fusil de asalto, dijo: "Creíamos que eran fuertes, pero la batalla sólo siguió por pocas horas. Mucha gente cambió de bando en el último momento". Él y otros milicianos sospechan que los combatientes defensores de Gadafi se han retirado a las granjas de las afueras de Abu Salim y están preparando una operación para eliminarlos.
Casi toda la gente en Trípoli sostiene haber trabajado abiertamente o en secreto en el bando rebelde. A lo largo de los años se han dicho tales improbables afirmaciones en cada ciudad capturada. Pero toda la evidencia apunta a que en el momento en que los rebeldes irrumpieron en Zawiya en agosto y, para su sorpresa, descubrieron que la carretera a la capital estaba despejada y sin defensas, la moral de las fuerzas defensoras de Gadafi se desmoronó.
Un antiguo soldado describió cómo había abandonado su tanque en Zawiya cuando le ordenaron que se retirara frente a un ataque rebelde desde las montañas de Nafusa, un levantamiento en la misma Zawiya y el implacable ataque aéreo de la OTAN contra las posiciones de defensa de los partidarios de Gadafi. Simplemente decidió que todo estaba perdido y no tenía sentido esperar a ser incinerado dentro del tanque. Se sacó el uniforme y huyó.
Dentro de Trípoli, los simpatizantes del régimen concluyeron, de manera similar, en que no tenía sentido morir por una causa perdida. Issam, un dueño de camiones islamista a cargo de un distrito en Souq al-Jumaa, dijo que al principio sus hombres tenían pocas armas, pero que luego las obtuvieron "yendo casa por casa pidiéndoles a los defensores de Gadafi que entregaran las suyas y permanecieran en las casas". Nadie se negó. Khalid en Abu Salim dijo que creía que el momento culminante de la guerra había llegado cuando Gadafi fracasó en apoderarse de Misrata a comienzos del verano y la OTAN reforzó los bombardeos. Después los hombres de Gadafi se retiraron y fue fácil determinar al indiscutible ganador.
Gadafi fue traicionado por una gran coalición de enemigos que incluía abogados de derechos humanos, antiguos militares yihadistas, personas que habían estado años en prisión y los miembros del régimen que los habían puesto allí. Hombres como Belhaj, fundador del Grupo Islámico Libio de Lucha y que dice haber sido torturado por la CIA en Tailandia en 2004 y luego por Gadafi, se encontraron combatiendo aliados con la OTAN.
La pregunta clave ahora en Libia es si esta coalición se mantendrá unida cuando tengan que crear las instituciones democráticas del nuevo estado. Hay probabilidades de que surja una lucha de poder, pero esto no importa siempre y cuando se acuerden las reglas de antemano. Algo crucial en el camino hacia la guerra civil en Irak en 2005 fue la creación de una elección aun cuando la comunidad sunita no había aceptado las reglas. Otro factor preocupante en las luchas por poder en los estados con petróleo, como Irak y Libia, es que cualquiera que asume autoridad, aunque sea por un corto periodo, resiste para obtener mucho dinero.
Si Gadafi fuera asesinado o capturado se eliminaría un punto de unión con el antiguo régimen, pero también se perdería un conveniente foco para la oposición. En varias maneras se trató de un enemigo útil para tener en el campo de batalla. Una vez involucrado el poder aéreo de la OTAN era segura su derrota, ya que Francia y Gran Bretaña probablemente no permitirían verse humillados por su permanencia en el poder. Gadafi y sus comandantes emplearon algunas tácticas nuevas durante la guerra, como colocar minas para detonar a distancia al costado de las carreteras. El uso de artefactos explosivos improvisados, lo que convirtió a las carreteras de Irak en letales para las tropas estadounidenses, hubiera destruido las columnas rebeldes de camionetas sin blindaje.
Políticamente, el TNC se muestra desunido, frágil y desorganizado para asumir el control del gobierno. Por el contrario, los comités locales que brindan seguridad en las calles de Trípoli aparentan ser altamente capaces. A pesar de que en las tiendas haya escasez de agua, comida, combustible y casi cualquier otra cosa, los comités sostienen que han acumulado suficientes existencias durante los últimos seis meses para evitar una crisis humanitaria. Sin embargo, aparentemente el liderazgo político se encuentra débil y no es probable que las milicias se disuelvan de manera obediente. Quizás el nuevo estado libio no sea capaz de soportar mucha presión, pero, por otro lado, a diferencia de Irak y Afganistán, tal vez no deba hacerlo.
Patrick Cockburn es el autor de 'The Occupation: War, resistance and daily life in Iraq' y 'Muqtada! Muqtada al-Sadr, the Shia revival and the struggle for Iraq. Colabora habitualmente en Counterpunch.org
Traducción para www.sinpermiso.info: Brenda Ramírez Goñi
Fuente: Sinpermiso
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