05/02/2011
Originalmente en solociencia
Las "chimeneas negras" son respiraderos hidrotermales del fondo marino de los que emanan materias internas. Escupen agua a 350 grados centígrados al entorno frío del fondo marino y sustentan a bacterias que dependen del azufre, así como a exóticas especies de gusanos y almejas.

"Necesitamos actuar ahora con el fin de establecer métodos científicos y legales para proteger a estos ecosistemas tan vulnerables y minimizar el potencial impacto medioambiental de esta actividad industrial", argumenta el autor principal del estudio, Jochen Halfar, geólogo en la Universidad de Toronto en Mississauga. "Imponer regulaciones después de que las operaciones comiencen, resultará muy problemático, y algunos de los gobiernos en las jurisdicciones geográficas que albergan los lugares en los que la industria minera está interesada, tienen un pobre historial de supervisión minera. Las perspectivas para la regulación de la minería submarina no son buenas".
El estudio tiene como coautor a Rodney Fujita, un experto en ecología marina de la organización Environmental Defense (Defensa Medioambiental), con sede en Estados Unidos. Los resultados del estudio aparecen publicados en la revista Science.
Una compañía con sede en Canadá está actualmente planificando la primera exploración comercial submarina del mundo para buscar oro y cobre de alta pureza. El principal interés de esta empresa se centra en un área conocida como la cuenca de Manus Backarc, frente a la costa de Papua Nueva Guinea. Las activas chimeneas hidrotermales en áreas como ésta se crean allá donde nueva corteza oceánica es formada por medio de la actividad volcánica submarina.
Hasta finales de la década de 1970, los científicos asumían que la vida necesitaba de luz solar, pero el descubrimiento de estas comunidades de las chimeneas hidrotermales demostró que la vida también puede existir valiéndose de energía térmica y química. Ya que, según se tiende hoy a pensar, los océanos han existido más o menos desde el comienzo de la historia de la Tierra, estos respiraderos hidrotermales del fondo oceánico pueden ser los más antiguos emplazamientos de la vida en la Tierra. Los respiraderos hidrotermales despiertan además un interés adicional, para el sector farmacéutico, ya que el estudio de los organismos que viven alrededor de ellos podría conducir a nuevos fármacos y aplicaciones biotecnológicas.
Las compañías mineras dirigieron por vez primera su atención hacia el mar en la década de 1970, y su interés creció a raíz del manganeso que existe en la superficie del fondo oceánico. Sin embargo, los altos costos calculados y las regulaciones restrictivas de minería submarina de mar profundo en aguas internacionales mediante la Convención de las Naciones Unidas sobre la Ley del Mar (UNCLOS por sus siglas en inglés) han dejado aparcados muchos de dichos proyectos.
En particular, señala Halfar, las restricciones de la ISA (International Seabed Authority) han desviado las operaciones de prospección y exploración del fondo marino hacia áreas bajo jurisdicción nacional, donde las regulaciones a menudo son débiles o no existen.
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