19/02/2011
Daniel Gutiérrez Marín
RedacciónEl título de esta nota alude a un film sobre la Segunda Guerra Mundial que relata el desmoronamiento del Estado Nazi. No soy especialista en del régimen nacional-socialista; vamos, no soy especialista de nada. Un matarife de palabras quizá. Por tanto, no hablaré de la caída del Tercer Reich. Este hundimiento del que les hablo es el de la Junta de Andalucía, el que se alienta desde los periódicos conservadores, se vaticina desde las cabeceras progresistas y que se obvia en las redacciones adeptas a este PRI autoimpuesto en nombre de la democracia.
La clave de mesa parece hallarse en los pucheros de nuestros hogares, en la alacena de la ciudad, en la plaza de abastos de una ciudad a medio hacer. La palabra se induce en el pensamiento: MercaSevilla. Todo comenzó por una denuncia -bastante burda, para ser sinceros- que aludía a un regalo a cierto concejal comunista de cuyo nombre no quiero acordarme. Entre mariscos anda el juego, para más señas. La cuestión central es que aquellos polvos traen estos lodos: las arenas movedizas sobre las que se mueve el gobierno autonómico, abarcando desde el anterior presidente de la Junta hasta no sé sabe cuál tentáculo del partido.
No es esto de lo que quería escribir, solo a modo de breve introducción. Personalmente, no veo tan clara esa victoria del partido de la derecha -que tampoco es que desee con ansias- como vaticinan las encuestas ni creo que en ellos se encuentre la solución. Pero en el caso que los socialistas abandonaran el timón de este barco, los interrogantes se suceden. ¿Qué pasará? Opino que esta será la primera pregunta que asalte a la cabeza de los miles de trabajadores que están mantenidos por la olla institucional.
Pero la caída del PSOE también supone un hito de regeneración para esta Andalucía famélica en lo democrático, en lo económico y en lo ideológico. Si los socialistas pierden el poder de la Junta, éste podría ser el momento de los partidos independientes en los pueblos de nuestra tierra, de los autogobiernos, la desaparición de las diputaciones -instituciones salvavidas de pueblos que no pueden ni gestionarse-, la creación de un parlamento plural como en Catalunya, la libertad de acción y de pensamiento, y el final del caciquismo local.
En definitiva, el hundimiento de esto régimen supone una segunda oportunidad para la reconstrucción de nuestra Autonomía aludiendo a su propio nombre, autónoma, donde todos puedan participar y pensar sin miedo a perder sus puestos de trabajo, sin miedo a las represalías, sin miedo a tener miedo. No vale cambiarle el collar al perro; no podemos retirarle la mayoría a los socialistas para dársela a la derecha andaluza, que entre otras cosas, no existe (esto será motivo de otra nota). Que cada uno mire a su alrededor y vea si puede hacer algo por sí mismo. Después de las elecciones no vale de nada quejarse.
El PSOE andaluz no dejará el poder con facilidad. El entramado creado en estos treinta años de Régimen, comprando votos y voluntades mediante las migajas lanzadas a la población (PER, Plan E, etc.), no va a desmoronarse de golpe. Es un sistema largamente experimentado durante siglos. El cacique decidiendo quien vive y quien no vive en Andalucía, quien trabaja y quien se muere de hambre. La red clientelar que existe hoy día margina a una parte muy importante de los andaluces, los mejores, condenándolos a malvivir sin poder trabajar o con limosnas y subsidios. La dignidad de Andalucía exige un cambio. No puede mantenerse esta situación. El 28 de febrero debiera ser una jornada reivindicativa. Hay muchos ciudadanos sufriendo, y su voz debe escucharse.
ResponderEliminarYo si creo que el régimen va a caer, es más creo que el PSOE es consciente de ello, que a cada pavo le llega su navidad (por evitar lo del animal y su San Martín).
ResponderEliminarPrueba de esta consciencia es que se están repartiendo lo que queda de pastel, antes de ir todos a la calle, y están realojando los cargos públicos y también a muchos trabajadores puestos a dedo, así como pagando muchos favores.
Pero no acaban por el tema MercaSevilla que es la agota que colma el vaso, es que la gente está hasta de incompetencia, de cortijos y amigos y enchufados. Está tan harta que le va a dar su voto al "diablo PePero", aunque les atenace el miedo al después qué. A llegado la hora del más vale malo por conocer que rematadamente malo conocido.
Por cierto yo pienso votar más a la izquierda para evitar una mayoría absoluta en la otra dirección.
Saludos.