El día 26 de septiembre de 1936 don Miguel de Unamuno, en nombre de
El 12 de octubre de 1936 se celebraba en dicho paraninfo de la universidad de Salamanca el Día de
En ese punto, Millán Astray empezó a gritar: "¿Puedo hablar? ¿Puedo hablar?" Su escolta presentó armas y alguien del público gritó: "¡Viva la muerte!" Entonces Millán gritó: "¡Cataluña y el País Vasco, el País Vasco y Cataluña, son dos cánceres en el cuerpo de la nación! ¡El fascismo, remedio de España, viene a exterminarlos, cortando en la carne viva y sana como un frío bisturí!" Se excitó sobremanera hasta tal punto que no pudo seguir hablando. Resollando se cuadró mientras se oían gritos de "¡Viva España!". Se produjo un silencio mortal y unas miradas angustiadas se volvieron hacia Unamuno. "Acabo de oír el grito negrófilo de "¡Viva la muerte!". Esto me suena lo mismo que "¡Muera la vida!". Y yo, que he pasado toda la vida creando paradojas que provocaron el enojo de quienes no las comprendieron, he de deciros, con autoridad en la materia, que esta ridícula paradoja que me parece repelente. Puesto que fue proclamada en homenaje al último orador, entiendo que fue dirigida a él, si bien de una forma excesiva y tortuosa, como testimonio de que el mismo es un símbolo de la muerte. ¡Y otra cosa! El general Millán Astray es un inválido. No es preciso decirlo en un tono mas bajo. Es un inválido de guerra. También lo fue Cervantes. Pero los extremos no sirven como norma. Desgraciadamente hay hoy en día demasiados inválidos, Y pronto habrá más si Dios no nos ayuda. Me duele pensar que el general Millán Astray pueda dictar las normas de psicología de las masas. Un inválido que carezca de la grandeza espiritual de Cervantes, que era un hombre, no un superhombre, viril y completo a pesar de sus mutilaciones, un inválido, como dije, que carezca de esa superioridad de espíritu, suele sentirse aliviado viendo como aumenta el numero de mutilados alrededor de él (...) El general Millán Astray quisiera crear una España nueva, creación negativa sin duda, según su propia imagen. Y por ello desearía una España mutilada..."
Furioso, Millán grito: "¡Muera la inteligencia!" A lo que el poeta José Maria Pemán exclamo: "¡No! ¡Viva la inteligencia! ¡Mueran los malos intelectuales!" Unamuno no se amilanó y concluyó: "¡Éste es el templo de la inteligencia! ¡Y yo soy su supremo sacerdote! Vosotros estáis profanando su sagrado recinto. Yo siempre he sido , diga lo que diga el proverbio, un profeta en mi propio país. Venceréis, pero no convenceréis, porque convencer significa persuadir, y para persuadir necesitáis algo que os falta: razón y derecho en la lucha. Me parece inútil pediros que penséis en España". Millán se controló lo suficiente como para, señalando a la esposa de Franco, ordenarle: "¡Coja el brazo de la señora!", cosa que Unamuno hizo, evitando así que el incidente acabara en tragedia.

Escribe recientemente el subcomandante Marcos en una carta abierta al pueblo argentino, en el 34 aniversario del golpe de estado lo siguiente:
ResponderEliminar....Nuestros más antiguos nos enseñaron que la celebración de la memoria es también una celebración del mañana.
Ellos nos dijeron que la memoria no es un voltear la cara y el corazón al pasado, no es un recuerdo estéril que habla risas o lágrimas.
La memoria, nos dijeron, es una de las siete guías que el corazón humano tiene para andar sus pasos.
Las otras seis son la verdad, la vergüenza, la consecuencia, la honestidad, el respeto a uno mismo y al otro, y el amor.
Por eso, dicen, la memoria apunta siempre al mañana y esa paradoja es la que permite que en ese mañana no se repitan las pesadillas, y que las alegrías, que también las hay en el inventario de la memoria colectiva, sean nuevas.
La memoria es sobre todo, dicen nuestros más primeros, una poderosa vacuna contra la muerte y alimento indispensable para la vida.
Por eso, quien cuida y guarda la memoria, guarda y cuida la vida; y quien no tiene memoria está muerto....
Por eso está muy bien recordar la historia con tu entrada
Hola Harry.
ResponderEliminarUn placer verte por aquí. Hacer memoria es pensar en el futuro. Un país de amnésicos, no vive sólo sobre vive y es carne de cañón para salvapatrias y tunantes de toda índole.
Un saludo.
D. Miguel de Unamuno era una persona admirable.
ResponderEliminarLástima que no haya muchos como él.
Un cordial saludo a todos los blogueros.