Equo demanda un cambio en la política de transgénicos del gobierno español y que se prohíba el cultivo de maíz Monsanto MON 810
En la III Semana contra los transgénicos y por la soberanía alimentaria, Equo reclama al gobierno español un cambio en su política sobre transgénicos que se materialice en la prohibición inmediata del cultivo de maíz transgénico de Monsanto MON 810, tal y como ya han hecho los gobiernos de Grecia, Austria, Hungría, Francia, Luxemburgo, Alemania, Polonia, Italia y Bulgaria.
Cada año se descubren nuevos efectos perjudiciales de estos organismos en el ecosistema a lo que hay que añadir que su desarrollo permite el control de la alimentación a las grandes corporaciones, lo que supone un atentado contra la soberanía alimentaria, y que en alimentación siempre debe prevalecer el principio de precaución.
Por todo esto, para Equo es “escandaloso” que España sea el único país de la UE que tolera el cultivo de maíz transgénico a escala comercial (unas 70.000 hectáreas se dedican a este cultivo) y todo debido a permisividad y al oscurantismo de los distintos gobiernos (primero del PP y después del PSOE), los cuales, como se demostró tras la publicación de los cables de Wikileaks sobre este asunto, han trabajado en favor de los intereses de EEUU y de sus multinacionales biotecnológicas.
Por ello, EQUO, en aras de una visión más justa, más global y más a largo plazo de la agricultura, trabajará para:
- Promover un mundo rural vivo en el que se encuentre la respuesta a las actuales crisis alimentaria, financiera, social y climática.
- Promover un modelo agro-alimentario cuyo objetivo sea la soberanía alimentaria de los pueblos, tanto en España como en el resto del mundo. Es decir el derecho de los pueblos a alimentos sanos y culturalmente adecuados, producidos mediante métodos sostenibles.
- Trabajar en favor de una transparencia global en la producción, compra y venta de los productos agrícolas frente a los mercados.
- Garantizar que los derechos de uso y gestión de tierras, territorios, agua, semillas, ganado y biodiversidad estén en manos de quien produce alimentos y no del sector empresarial.
- Dar prioridad a la producción y al consumo local de alimentos así como a la producción social y familiar, favoreciendo las variedades locales, los canales cortos de comercialización y los productos de temporada.
- Desarrollar la agricultura ecológica, fomentando cauces permanentes de educación, formación y comunicación, potenciando una fiscalidad diferenciada, facilitando acceso a la tierra, apoyando económicamente al agricultor/a ecológico/a por el papel social y medioambiental que desempeña.
- Avanzar hacia una nueva Política Agrícola (y Rural) Común que haga del valor ambiental y social de la agricultura española un factor de fuerza en las negociaciones a nivel europeo.
- En lo que se refiere a los transgénicos: implementar mecanismos de transparencia real, basando todas las decisiones en materia de biotecnología en el principio de precaución.
- Prohibir el maíz MON810, el T25 y la patata Amflora, las únicas variedades de transgénicos autorizadas en la UE, como han hecho las principales potencias agrícolas de la UE, acogiéndose a la cláusula de salvaguarda de la directiva europea 2001/18/CE, artículo 23.
- Poner en marcha un sistema real y eficaz que garantice el etiquetado y la trazabilidad de los derivados de Organismos Modificados Genéticamente, en el que se establezcan los procesos administrativos que permitan a todos los importadores, productores de alimentos y piensos y cadenas de distribución ofrecer garantías sobre la trazabilidad de sus productos de cara a un correcto etiquetado.
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