El Punto Vicent
Vicent Mollins
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Ilustración publicada en el nº 1581 de la revista ‘El Jueves’ |
En la nueva era iniciada tras las filtraciones Wikileaks, todavía hay cuestiones por resolver en el sistema mundo. Por ejemplo, si alguna vez llegase a fallecer la reina Isabel II, ¿quién le sucedería?, ¿su primogénito Carlos, su nieto Guillermo, su bisnieto…? Otro interrogante: ¿quién caerá antes, Roberto Saviano o Julian Assange? Y para el final, lo más importante: ¿quién será el sparring con el que por fin Mariano Rajoy se estrene con victoria en unas elecciones?
Ante la opinión consensuada de que el futuro político de Zapatero será -tal que su presente- del color de la túnica de las dos adolescentes que visitaron la Casa Blanca en 2009, el antiguo hado de los socialistas debe tomar la gran decisión: elegir entre subirse al ring para recibir las hostias de un peso wélter con barba y balance 0-2, o mirarse al espejo y decidir que la derrota por KO la padezca otro/a. (También podría darse el caso de que Zapatero vislumbre que si se sube al ring, él va y gana. Pero considero que es un pensamiento casi tan absurdo como creer que rodeándote el abdomen de plásticos, adelgazas).
Si tras las municipales y autonómicas, Zapatero se retira a ver el combate desde una distancia prudencial, entonces es cuando llegará la diversión y los caracoles comenzarán a oler la lluvia. Rubalcaba partiría como “pabable” nº1: felipismo, transición interna, y en el horizonte una derrota digna. En el nº2, Carme Chacón: voto femenino, guiño al semillero catalán y, en el horizonte, la posibilidad de un liderazgo de futuro. En el exotismo de toda quiniela, aparece el secretario de estado Bernardino 'Rambo' León (a quien conspiraciones entretenidísimas sitúan como el candidato del Club Bilderberg). Puestos a aceptar desdichas, lo mejor para el PSOE sería recurrir a Trinidad Jiménez, especialista en derrotas por KO.
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