Crítica de la Exposición 'Todo o Nada' de Mario Testino en el Museo Thyssen
Bárbara Gómez
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Claudia Schiffer fotografiada por Testino |
En estos tiempos de crisis que nos atacan, los medios audiovisuales y de comunicación se están afanando en mostrarnos con alevosía a una minoría que vive lujosamente al margen del declive económico. Gente que no sufre un ERE, ni el abaratamiento del despido y se mueve despreocupada en otro nivel correspondiente a un microcosmos de derroche.
A este desfile de inversión de valores se suma en Madrid el museo Thyssen-Bornemisza con la exposición del fotógrafo peruano Mario Testino, Todo o Nada, palabras que dan la clave del proceso de quitarse la ropa hasta quedar desnuda. Todas las fotografías son un baile frívolo entre las mujeres y la belleza, ilustrado por un escenario de moda, lujo y deseo. Testino se esmera en mostrar el glamour de las mujeres más conocidas del mundo como modelo de atractivo visual, cualidad obligada en su círculo profesional. Porque realmente ya estamos acostumbrados a ver a estas mujeres vestidas de alta costura o semidesnudas en todo su esplendor de belleza, el fotógrafo no se arriesga a jugar a Pigmalion y sacar belleza física de mujeres conocidas por su faceta intelectual o de anónimos callejeros. Veremos artificio, pose, belleza preparada, mujeres frías o delicadas, pero siempre bajo un halo de lejanía intocable; fotos que dejan un vacío en el corazón de quien contempla a estas Venus perfectas de nuestros días. “Una mujer que da impresión de ser alcanzable es para mí mucho más excitante sexualmente que una que se cierra totalmente.”, o eso predicaba Helmut Newton, gran conocedor del atractivo erótico e hipnótico que puede producir una mujer desde el interior manifestado en su cuerpo.
Por otra parte, se echa en falta algún retrato masculino para contrastar; con esta exposición el trabajo de Testino parece ceñirse a la mujer como objeto de nuestros deseos, todo un regalo para la pupila. Estas imágenes se convierten en unas formas casi ritualistas de repetición eterna, despliega toda una variedad de memorias culturales que se han consolidado como clichés. Dicho discurso queda bastante obsoleto frente a los debates (artísticos y teóricos) sobre las cuestiones de la representación de lo femenino desde el cuerpo y la percepción, que han cambiado radicalmente el arte de las dos últimas décadas. Esta nueva visión del contenido ha situado en el eje de la preocupación tanto a la representación (tanto en su vertiente iconográfica como formal), como los problemas que engendra la percepción (auto-percepción, concepto de género, conciencia del cuerpo, etc.) en el plano de la identidad. Pero el Museo Thyssen es siempre fiel a su público políticamente correcto y a las tradiciones anquilosadas, buscando el éxito en las taquillas y no en las conciencias.
Que nadie se equivoque con estas palabras. En lo formal Testino cumple a la maravilla todas las expectativas de luz, juego de colores y oposición de texturas, con una técnica perfecta que denota maestría y de una belleza extraordinaria. Sólo es su discurso el que no convence.
Texto publicado en la Revista NOTON número 3. Octubre - Diciembre
No puedo estar más de acuerdo con esta crítica. Estamos asistiendo a un vacío en lo social que se ve perfectamente reflejado en esta exposición: Modelos de cera y sin alma que no transmiten absolutamente nada
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. Un conjunto de fotografías muy glamourosas y bonitas (algunas), pero te dejan frío y no te dicen nada. Mucho posado y ninguna naturalidad. Por no hablar de los fallos de photoshop que saltan a la vista en muchas de ellas.
ResponderEliminarTestino no refleja el interior del ser humano sino su propio ego , es un fotografo sin personalidad, un engendro del siglo XXI que juega a ser princesa de castillo y termina siendo el bufón de la corte rodeado de bellas cortesanas. Hasta el interviu tiene mas morbo si es eso lo que buscaba, hasta las fotos del 20 minutos son mas profundas que una fosa nasal! Muy buena crítica
ResponderEliminarSe puede decir más alto pero no más claro. Para qué arriesgar, para qué innovar, para qué vivir para la cultura si la cultura puede dar de vivir al "microcosmos del derroche". Nada nuevo, por otra parte, en la anquilosada política del Museo Thyssen-Bornemisza.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. Testino no es un artista es un fotógrafo de moda no confundamos. Desafortunadamente esto es lo que vende y el Thyssen lo sabe muy bien a exposiciones anteriores me remito, por no hablar de los estupendos jardines impresionistas en los que la media de edad es de 50 años y por supuesto la calidad intelectual de los asistentes deja bastante que desear, se ciñen a lo fácil y comprensible para hacer más caja.
ResponderEliminarUna exposición vacía de contenido, como las cabezas de aquellos que van a verla.
ResponderEliminarUna exposición frívola y superficial.
ResponderEliminarQue estén colgadas en un museo no las convierte en obras de arte.
Es un reflejo de la sociedad de hoy en día.
Una gran crítica.