1.700 a.C, Mesopotamia. Un pastor de cabras esquizofrénico llamado Abraham, pacta una alianza con una voz en su cabeza, Jehová. Así nace el judaísmo, religión que daría lugar al cristianismo católico, secta imperialista que engendró la monstruosa corporación conocida como Iglesia Católica. Casi 4.000 años después, el Sumo Pontífice de esta religión aterriza en España.
Redacción NOTON España
Redacción NOTON España
Una alfombra de billetes procedentes del erario público, recibió al santísimo padre en Santiago de Compostela y Barcelona. Y es que las ciudades fueron engalanadas fastuosamente, despilfarrando sin ton ni son, en una visita que por su pomposidad debería avergonzar a cualquier cristiano de los que piensan que antes entrará un camello por el ojo de una aguja, que un rico en el reino de los cielos. Se estima que este paseo de menos de dos días, nos ha costado la modesta cantidad de 5 millones de Euros. Así es cómo baila el Papa, al ritmo del capitalismo católico.
A pesar de la Ratzinger-manía y de los “adictos al Papa Benedicto”, el recibimiento al representante de dios en la Tierra, aunque numeroso, no fue tan masivo. El sentimiento general post-Papa fue de decepción entre organizadores y empresarios, como nos contaba ElPaís el pasado sábado. Quiénes no quedaron precisamente decepcionados, fueron los antidisturbios gallegos, que pudieron relajarse y echar unas risas tras arremeter brutalmente contra la libertad de expresión de los colectivos que protestaban ante el discurso misógino y homófobo de Ratzinger, bajo el lema “ Eu nom te espero”. Más lúdica pero igual de fundamentada fue la protesta de los colectivos GLBT en Catalunya, una manifestación que acompañó el paso del Papamóvil con una original “besada”. Los concentrados, recordaron con cánticos los turbios casos de pederastia y reivindicaron el uso del condón para frenar el VIH. El Papa, mola.
Y es que el ambiente anticlerical en España, semejante al de preguerra según dijo el propio Papa, radicalizó un poco el discurso del mismo, quién no tuvo más remedio que arremeter contra prácticas satánicas e inmorales como el trabajo femenino, la interrupción voluntaria del embarazo o el matrimonio entre personas del mismo sexo. Pero Joseph Alois Ratzinger no es el duro paladín católico que nos venden los medios, tras la mitra papal se esconde un pequeño corazoncito, y aunque nunca lo reconocerá le dolió profundamente que el Presidente de nuestro Gobierno no adelantara su vuelta a España, y fuera a verle predicar la homilía en Santiago.
Millones de euros después, su santidad regresó a los Estados Papales dejando atrás un sabor agridulce entre cristianos que no ven en su fastuosidad el mensaje de Cristo y amargo entre millones de ciudadanos, laicos y de otras religiones, que observaron con tristeza el encuentro de dos Estados, uno que predica la hipocresía y otro que predica la intolerancia.
Debemos condenar la existencia de esas parejas que, sin estar casadas por la santa iglesia católica, viven como si lo estuvieran; se tocan, se besan e incluso tienen hijos. Debemos condenar que personas del mismo sexo se quieran. Debemos condenar que los matrimonios usen preservativos para evitar cargarse de hijos. Debemos condenar a quienes piensan que el Estado no debe tener religión alguna, sino respetar todas las creencias, incluso a los musulmanes. Sólo así seremos verdaderos católicos y podremos conseguir la vida eterna.
ResponderEliminar