De Carlos G. de Castro para el boletín de IU - Gerena
Hace unos días, el 17 de julio, nos enteramos todos de una lamentable noticia a través del blog Gerena Verde, el Ayuntamiento de Gerena había retirado una de las cancelas de acceso al Berrocal impidiendo la labor de riego que hasta entonces estaba desempeñando nuestro vecino Kini Santos.
No quiero entrar en una disputa estéril sobre lo que debiera o no hacer este Ayuntamiento, el hecho es significativo por sí mismo, y de él se pueden tomar algunos apuntes que nos permitan comprender el rumbo actual de la izquierda – la izquierda atraviesa una profunda crisis, reconocerla es el punto uno para una futurible recuperación - y en particular uno de los grandes errores cometidos por la izquierda partidista, la desmovilización de la sociedad.
La cancela retirada es ejemplo de una izquierda, la que gobierna, que ha querido apropiarse para sí misma de todo éxito o lucha social, destruyendo la base social que por otra parte le era tan necesaria, ya que era el maná del que extraía su contenido y su razón de ser. Esta usurpación le ha valido durante las últimas décadas un cuantioso rédito electoral, al vender como propios éxitos que debían ser de todos, pero ha tenido como consecuencia el desencanto de las bases y la desconexión entre la política y la sociedad. Por ello es urgente, es fundamental, que más allá de los partidos se fomenten y se generen movimientos populares que aunque conectados con los partidos sean independientes. Igual de urgente y fundamental que el reponer la dichosa cancela.
Salud a tod@s.
ResponderEliminarDonde hay cancelas hay vallas y donde hay vallas hay propiedad.
Si analizamos este caso desde la dimensión simbólica podemos observar la necesidad de la sociedad de conectar con la naturaleza, con los espacios abiertos y con la tierra. Cada día un poco más, son mayores las limitaciones para satisfacer esta inquietud natural del ser humano y son más las dificultades de acceso a espacios naturales públicos, por la proliferación de fincas privadas, vallas y cancelas incluso en caminos que habían sido siempre de dominio público. Se reservan para el ocio las veredas de caminos y márgenes de ríos y arroyos, como mucho para pasar domingos pero nada de tocar la tierra, de cultivarla, de fundirse en ella como parte que somos de su misma esencia material.
Alguien podría responder a esto que siempre tendremos la opción de sembrar en la propia casa macetas o un arríate, pero nada comparable con cultivar vegetales o árboles frutales, o simplemente árboles que den sombra y nos regalen como pulmón natural aire limpio para respirar. Tambien habrá quien responda a esto “pues compra una finquita y la siembras de lo que quieras”. Si es cierto ¿pero donde está el dinero?, eso queda reservado para los bolsillos bien acomodados de las clases medias y altas, pero no a “esa que los altos señores llaman de clase baja”.
Son muchos los proyectos que se están llevando a cabo en muchos pueblos y ciudades donde se reservan espacios públicos para la siembra de vegetales y árboles frutales, donde grupos de vecinos mantienen por grupos o individualmente una actividad que no se puede considerar económica, sino más bien de ocio y entretenimiento, aunque por otro lado que les reporta una enorme satisfacción cuando llevan a su mesa algo que han cultivado con sus propias manos. Es decir, los seres humanos necesitamos en nuestras vidas el contacto con la tierra, porque forma parte de nuestra naturaleza y es así desde que nacemos hasta que morimos, tocar la tierra y cultivarla es un placer para niños y mayores, es fuente de equilibrio y de salud, orgánica y emocional, de hecho esta separación forzada de la tierra es el origen de la mayoría de las enferdades modernas.
La separación de la vida natural fue el origen de las enfermedades modernas, que tiene su mayor expansión tras las revolución industrial, por la que se impusieron nuevos modos de producción y que tuvo como consecuencia, la expulsión de grandes masas de población del campo a las ciudades, pasando a engrosar las filas del proletariado industrial y de esta forma generando grandes suburbios urbanos. A su vez en los pueblos, especialmente de Andalucía, se producía el mayor trasvase de tierras públicas a manos privadas mediante decretos oficiales, las famosas desamortizaciones. Las tierras municipales y comunales, pasaron a manos de la nobleza y una emergente burguesía terrateniente, que tuvo como consecuencia que multitud de campesinos que eran pequeños propietarios o grandes grupos de arrendatarios se convirtieran en jornaleros sin tierra y de esta forma se producía un empobrecimiento sin precedentes de la población, acompañada de hambrunas y enfermedad.
Es el origen de las grandes propiedades agrícolas, los latifundios.
A este proceso de privatización de la tierra, se unió el inicio de la sobreexplotación de la tierra con la aparición de las maquinas y mas tarde el uso de productos químicos en las tareas agrícolas, con lo que poco a poco se ha ido disminuyendo la relación de la sociedad con el entorno natural por diversos motivos, generando la pobreza endémica de Andalucia y la parición de muchas enfermedades asociadas a la alimentación y estilos de vida y donde el factor común ha sido la propiedad de la tierra y con ello los elementos que las delimitan, las vallas y las cancelas.
Hola José Juan.
ResponderEliminarEs evidente que vivimos en una sociedad totalmente desconectada de la naturaleza. Nuestras prioridades y deseos están tan lejos, orientados hacia y por el consumismo, viajan en dirección opuesta a la sostenibilidad. Recuperar el respeto por el medio ambiente y la armonía con lo natural en el futuro será cuestión de superviviencia. Por eso, la labor de Gerena Verde, aunque sea "solo" a nivel local tiene una enorme importancia. Creo que decía un lema de Green Peace "Piensa globalmente, actual localmente", así que nada más que añadir, ánimos para Kini y que pongan de nuevo la cancela.
Un abrazo.