En los últimos seis meses Grecia ha vivido hasta seis huelgas generales y múltiples movilizaciones convocadas por los sindicatos mayoritarios y el Partido Comunista Griego (KKE). Cientos de miles de ciudadanos se han echado a las calles en protesta por las draconianas medidas para el recorte del gasto social aprobadas por el gobierno, supuestamente socialista de Papandreu, que cumple ahora ocho meses en el poder.
Al pueblo griego, como al resto de los europeos, le habían contado que el neoliberalismo, que sus leyes, que sus estrategias, aseguraban el desarrollo continuo y que beneficiarían también a la clase trabajadora. No obstante, los hechos han demostrado que ese camino sólo favorece al capital y lleva a las crisis sistémicas. El capital griego tiene unos índices de ganancia del 56%, frente al 36% de media en Europa. El país presenta la mayor desigualdad de renta de la eurozona. El Capitalismo, pues, es la causa de una crisis que sirve a los mercados como excusa perfecta para instar a los gobiernos a aplicar una serie de medidas que vienen a resquebrajar los cimientos del Estado del Bienestar en Europa Algunas de las medidas estrellas del tijeretazo griego son la reducción salarial de los trabajadores del sector público, superior al 10% de media, la rebaja de las pensiones, el aumento de los impuestos indirectos (IVA) y la comercialización de la sanidad y la educación.
Con el recorte salarial, el ejecutivo griego prevé ahorrar unos 24.000 millones de euros y con el aumento del IVA otros tantos. Sin embargo es bastante cuestionable que estas reaccionarias medidas sean inevitables y vayan encaminadas a la reactivación de la economía griega, más bien son la evidencia de que una vez más la casta financiera quiere aprovechar un momento de extrema gravedad para hacer pagar sus errores a la clase media, y seguir enriqueciéndose. Basta tener en cuenta algunos datos. Los impuestos que gravan al sector privado en Grecia han descendido un 20% desde 1981 y se prevé que sigan bajando. El ejecutivo heleno tampoco habla de luchar contra la evasión fiscal (unos 30.000 millones de euros al año) y tampoco hace nada para recaudar los 20.000 millones de euros que le adeuda el sector privado al Estado y al sistema de sanidad pública. La corrupción política desmesurada en los últimos años se lleva otro tanto y la iglesia griega, la mayor poseedora de inmuebles del país, está prácticamente excenta de impuestos. En la medidas propuestas por Papandreu no aparece ningún recorte drástico en el gasto militar de Grecia, el más alto per cápita de Europa. El gasto militar del ejercito griego, que cuenta con 100.000 soldados (sólo la mitad que Alemania, que tiene siete veces su población, y 30.000 más que España, país que cuadriplica la población griega) supone un 10% del total del gasto público griego.
Si realizamos una sencilla suma veremos que el recorte del gasto militar, la lucha contra la corrupción y la evasión fiscal, el cobro de la deuda del sector privado y el aumento de la presión fiscal a las rentas más altas, unido a la gravación de las transacciones bursátiles llenaría las arcas griegas sobradamente sin necesidad de recurrir al recorte social. “¿Cómo va a poder vivir un jubilado con una pensión de entre 500 o 600 euros?”, fue la pregunta del secretario general del sindicato de los funcionarios públicos al primer ministro, y líder del Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK), Papandreou. “Eso pregúnteselo a la delegación de la ‘troica’ (Unión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional), ellos le dirán”. La frase del presidente griego ilustra a la perfección como los gobiernos se están “acostumbrando” a obedecer lo que dictan los mercados, algo que, como afirmaba Julio Anguita en un conocido programa de debate televisivo, “lesiona el principio democrático de nuestra sociedad”, porque ¿quién elige a los mercados? ¿quién elige a los bancos? Un poder económico se está situando por encima del poder político democráticamente elegido. Y es que estas medidas impuestas al pueblo griego lejos de buscar la reactivación económica de Grecia, buscan asegurar que el Estado siga pagando a los bancos acreedores alemanes y franceses. Por tanto no interesa que desaparezca la deuda griega, lo fundamental es seguir cobrándose sus altos intereses. Sucede, como denuncia el europarlamentario Daniel Cohn-Bendit, histórico líder del mayo del 68, que Europa quiere ganar dinero a costa de los griegos, ya que alemanes y franceses reciben prestamos al 1,5 – 3% y ellos compran deuda griega cobrando un interes del 3,5-6%. Los gobiernos y los bancos que prestarán dinero a Grecia se beneficiarán de los intereses, Alemania tendrá en tres años beneficios por más de 900 millones de euros y el Estado español espera obtener varios cientos de millones, en palabras del vicepresidente del Gobierno, Manuel Chaves.
En las condiciones de la UE, el BCE o FMI nunca entra la exigencia al Gobierno griego de reducir los gastos militares, ya que constituye uno de sus mejores clientes. Son alarmantes los datos que aporta el político de Los Verdes en su discurso ante la Eurocámara, en los últimos meses empresas francesas y alemanas han vendido a Grecia armamento militar por valor de más de 5.000 millones de euros “les prestamos dinero para que nos compren armas” afirmaba Cohn-Bendit. Ante esta insostenible situación el pueblo griego ha tomado la calle y ha paralizado el país hasta en seís ocasiones. La primera huelga fue convocada por el sindicato griego PAME el 17 de diciembre y la sexta entrega de esta serie de protestas masivas la tuvimos el pasado 3 de junio. Cientos de miles de griegos volvieron a tomar las calles del país enarbolando hoces y martillos y clamando contra las “medidas de austeridad” del gobierno y en protesta por la pérdida de derechos laborales y de puestos de trabajo.
Debemos tener en cuenta que la crisis griega no es una dolencia aislada, es el síntoma más flagrante de la enfermedad que recorre Europa. Enfermedad que puede acabar con su ya moribundo Estado del Bienestar. El antibiótico es la Huelga General indefinida y la protesta generalizada en las calles. La reacción del Pueblo Europeo debe ser contundente y al unísiono. Es necesario coordinar las protestas que empiezan a nacer, Grecia no está sóla, a sus seis huelgas generales hay que sumar las tres de Francia, así como los paros en Portugal, Rumanía e Italia (previsto para el próximo 25 de Junio) y la inminente Huelga General en España. Aplicado el antibiótico el sistema necesitará de una lenta rehabilitación y ésta pasa por cambios radicales en las estructuras económicas y de poder, será imprescindible que todas las grandes fábricas y empresas de energía, de materia prima, los transportes, las telecomunicaciones, las industrias, el comercio y los bancos, sean propiedad social y por supuesto que no exista actividad empresarial en los sectores de la educación, de la sanidad y el bienestar social.
Pablo J. García de Castro.
Por desgracia, nos hemos dejado esclavizar por el capitalismo más salvaje, el cual, alcanza su máxima cota de perversidad en este cainismo sín límites de la llamada "unión europea".
ResponderEliminarQue contrasentido... ¿no?
Hola Pablo.
ResponderEliminarCómo hemos hablado muchas veces, la respuesta del pueblo griego es ejemplar. En cuanto a las alternativas de cambio que planteas en el modelo económico me gustaría matizar algunas cosas.
Propiedad social es un término algo ambiguo, que puede ser interpretado como propiedad de un estado socialista o de una economía autogestionada. Si lo que se defiende es el primer caso, una política soviética en la que la burocracia del Estado absorba la estructura económica de la nación me opondría frontalmente, pues supondría una vuelta a una perspectiva estalinista.
Ahora bien, si la socialización de los medios de producción genera que éstos pasen a ser propiedad directa de cooperativas de trabajadores, dirigidas y gestionadas por ellos mismos - en una estructura horizontal - sin intervención estatal, entonces me parecería correcto.
La Nueva Izquierda debe ser democrática, una democracia socialista - nunca más una dictadura del proletariado - que acabe con la economía capitalista, pero en dónde no existan partidos únicos que se apropien de la voluntad popular.
La prioridad yo creo que es la nacionalización de la banca.
Un saludo.
Un saludo Kinisianitos, el contrasentido está en que nos hayamos creido que la UE es algo más que la CEE, ¿no crees?
ResponderEliminarcarlos,estoy de acuerdo contigo, es necesario que la nueva izquierda se refunde desde la base de la democracia, de la democracia social. Cooperativismo frente a corporativismo. Y sí la prioridad es la nacionalización de la banca, pero no es ninguna meta.
Veamos la respuesta del pueblo español el próximo 29 de septiembre, el ensayo lo tendremos en Euskadi este 29 de Junio, apoyado por CCO (y no por UGT).
Hola,
ResponderEliminarMe parece bien el comentario excepto al final, que lo veo demasiado exagerado.
Bueno, respecto al gasto militar griego, hay que tener en cuenta la posición geopolítica de Grecia, que no es la misma que la de Alemania, que hasta hace nada no le dejaban tener ejército. No obstante, es cierto que el aparato militar le resulta al pueblo griego muy gravoso y habría que empezar a ahorrar por ahí.
En cuanto a la proclama comunista del último párrafo, creo que si bien ese debe ser el objetivo de la lucha política, es inviable aplicarlo, por supuesto, a corto plazo. Empero, el control de la energía y el control o la creación de una banca pública potente es aplicable a corto plazo; además de una profunda reestructuración del sistema fiscal, financiero, y de la función pública.
Por último, aclarar que la "dictadura del proletariado" no implica dictadura en el sentido común de la palabra, sino la hegemonía de una clase sobre otra, de la clase trabajadora sobre la de los especuladores de hoy día.
Hola Dani, en teoría la dictadura del proletariado es lo que comentas, pero en la práctica a la hora de desarrollarse en el socialismo real se convirtió en una dictadura del partido. En general los países socialistas existentes hasta la fecha devinieron en un capitalismo de estado que seguía alienando a los trabajadores, creando para ello una nueva casta explotadora, la burocrática. Por eso me gusta huir del término dictadura del proletariado y usar, pensar y desarrollar el concepto de democracia socialista. Una democracia en la que el sistema económico capitalista fuera abolido, pero dónde no existiera ningún partido único.
ResponderEliminarDaniel, subrayo tu apunte acerca del "término" dictadura del proletariado, algo que aclara Lenin en su libro "El Estado y la revolución", pues nada tiene que ver con la dictadura stalinista, algo que carlos, supongo que de manera inconsciente, ha dejado entrever. respecto al objetivo comunsta, no por ser inviable a corto plazo ha de dejar de ser el objetivo.
ResponderEliminar¿La situación geopolítica griega? ¿grecia va a entrar en guerra? ¿con quién, con Turquía? eso es un despilfarro y una vergüenza en toda regla.
Pues supones mal Pablo. Lenin y Trotsky desmantelaron la estructura de los soviets (la democracia) y transfirieron el poder al aparato del partido bolchevique, creando una dictadura de partido antes de la llegada de Stalin. Evidentemente la monstruosidad del régimen de Stalin no se encontraba en esa fase, pero fue acabar con el poder de los soviets lo que permitió llegar al poder al tirano Stalin que trepó ganándose el favor de los cargos medios. Sólo respetando el poder de las asambleas se puede impedir que el gobierno del pueblo acabe en dictadura.
ResponderEliminarUn saludo a todos.
Eso no quiere decir que el término "dictadura del proletariado" signifique dictadura en su definición al uso, si no la hegemonia de la clase proletaria, algo que no va necesariamente en contra de la democracia. Es necesaria una democracia socilista multipartidista, sí, pero de partidos proletarios.
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