En tiempos de crisis, ¿qué mejor que potenciar la riqueza local mediante el intercambio de bienes y servicios? Con esta pretensión llega el Puma, una moneda social que se está gestando en Sevilla para promover un consumo responsable y equitativo.
Crear una economía comunitaria, local, cooperativa y ecológica. Es el deseo de un proyecto que comenzó en noviembre en Sevilla de la mano de Ingeniería sin Fronteras(ISF). Se trata del Puma, una futura moneda social en la que las personas generarán los beneficios, sólo que estos no serán monetarios. El proyecto surgió en torno a la Plaza del Pumarejo, en el casco antiguo de la ciudad, pero se enriquece de experiencias previas, como el Zoquito, la moneda social que comenzó a circular en 2007 en Jerez de la Frontera (Cádiz).
Otro de los antecedentes del proyecto de moneda social es el denominado banco de tiempo, una iniciativa en la que la forma de pago es nuestro tiempo. De esta forma, todo el que sea parte de un banco de tiempo podrá intercambiar servicios con los demás a cambio de que los demás intercambien servicios con él, potenciando así la ayuda y la colaboración mutua.
Para el grupo de ISF, nosotros también podemos generar beneficios a través del intercambio o trueque de bienes y servicios. La moneda social no es otra cosa que la herramienta utilizada para registrar estos intercambios.
Entre los beneficios del Puma, los integrantes del proyecto consideran que la moneda social refuerza la confianza entre la comunidad, al fortalecer sus lazos de cordialidad, e impulsa la ayuda y la comunicación a través del intercambio. Basándose en la solidaridad y en la cooperación, el proyecto de moneda social también apoya el autoempleo, ya que pueden surgir oportunidades laborales, y el comercio local, pues supone un enriquecimiento del entorno social más cercano. Además, la moneda social no tiene intereses, el crédito es gratuito, y se basa en la aplicación de las denominadas “5 erres”: reducir, reutilizar, reciclar, respetar y repensar.
Para comprender mejor cómo funciona la moneda social, los miembros de ISF abordaron en su reflexión del pasado 11 de enero en el seno de las Jornadas Alternativas de Consumo otras experiencias de moneda social: Brixton Pound y el Zoquito.
Algunas monedas sociales pueden adquirirse a cambio de dinero, como es el caso de Brixton Pound. En cambio, el Zoquito se basa en un sistema de crédito y la moneda se origina cuando se produce un intercambio, introduciendo en el sistema bienes o servicios. En este sentido, según ISF la moneda social el Puma, inspirada en la jerezana el Zoquito, se basa en el sistema LETS (Local Exchange Trade System). Se trata de un sistema de puntos donde la suma total de todas las cuentas es siempre cero.
Para ponerla en marcha es necesario crear una red de personas que utilicen la moneda, una red que ya se está gestando en Sevilla, en concreto, en el casco histórico norte de la ciudad. A través de ella, las personas generarán beneficios en el seno del colectivo y la pretensión del proyecto es que, poco a poco, cada vez más personas utilicen la moneda.
Los integrantes de ISF pretenden organizar mercados en los que los miembros de la red puedan intercambiar sus productos o servicios tras llegar a un acuerdo. Además, contemplan la posibilidad de que más adelante se puedan adquirir pumas con euros, pero la cantidad sólo será válida para el día en el que se adquieran los pumas, con el precio simbólico de 1 puma = 1 euro. De esta forma, la moneda es complementaria al euro y los beneficios podrán invertirse en proyectos sociales. Uno de ellos podría ser, según el grupo de ISF, la rehabilitación de la casa del Pumarejo.
Otro de los objetivos del grupo que está llevando a cabo el proyecto es desarrollar una página web donde la gente pueda realizar sus demandas y anunciar sus ofertas, de forma que los consumidores sean también productores.
El proyecto de moneda social se enmarca, además, en las consignas del decrecimiento, una corriente que lucha por una economía alternativa y que defiende un consumo y una producción responsables, huyendo del producir por producir. En palabras de uno de sus impulsores, Serge Latouche: “la consigna del decrecimiento tiene como meta, sobre todo, insistir fuertemente en abandonar el objetivo del crecimiento por el crecimiento”.
Aunque el proyecto ya esté en marcha, los pumas comenzarán a utilizarse entre la red de personas que se está creando hacia el mes de marzo. Apenas un mes y medio para formar parte de un intercambio de favores que se irá extendiendo poco a poco generando un consumo más responsable y sostenible.
Para comprender mejor cómo funciona la moneda social, los miembros de ISF abordaron en su reflexión del pasado 11 de enero en el seno de las Jornadas Alternativas de Consumo otras experiencias de moneda social: Brixton Pound y el Zoquito.
10/03/2012 · Isabel Barragán · Periodismo Social y Educativo
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