Lo vivido ayer 30 de agosto en el Parlamento ha rozado el esperpento. Se aprobaba la tramitación del reformazo constitucional despachándolo como una ley de calado menor. Con toda la cámara en contra, PSOE y PP defendían con sus segundos espadas la reforma impuesta por el BCE, tratando de evitar más desgaste para sus ya de por sí denostados candidatos. Ayer vimos como se aprobaba la toma en consideración de una reforma constitucional que acaba con el espíritu de consenso y con la definición de 'Estado Social y de Derecho' que definía al texto de 1978 , y eleva a norma suprema la imposición de un límite estricto al déficit público; uno de los principios más duros del pensamiento único imperante, el neoliberalismo. Las Formas Esta reforma se planea aprobar de manera 'express', en agosto y sin debate parlamentario. Tampoco se pretende contar con los ciudadanos, no habrá referéndum al oponerse, porque pueden, PSOE y PP– ya que aunque cuentan con el 83,75% de los votos...
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