Como un cañón, en la Comuna de París,
defiendo mi trinchera;
contra un enemigo más fuerte
que no tiene razón.
Pesadas bolas escupo
para derrocar todas las banderas,
de las naciones infames,
de los partidos falsos.
Confundiendo con mi humo la densa metralla,
avanza sigilosa la sombra del cambio.
A mi lado, mil bayonetas.
Frente a mi, legiones mercenarias.
Y tras ellas, las grandes alamedas.
¡Avancemos!
defiendo mi trinchera;
contra un enemigo más fuerte
que no tiene razón.
Pesadas bolas escupo
para derrocar todas las banderas,
de las naciones infames,
de los partidos falsos.
Confundiendo con mi humo la densa metralla,
avanza sigilosa la sombra del cambio.
A mi lado, mil bayonetas.
Frente a mi, legiones mercenarias.
Y tras ellas, las grandes alamedas.
¡Avancemos!
Carlos G. de Castro
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