Ha llegado la consecuencia, pero ni acaba de empezar ni estamos al final de lo que puede producir. Es LA HUIDA, simplemente que ya podemos decirlo en voz alta: una generación "tránsfuga" de su futuro robado. Grandes cambios, el tamaño importa pero no necesariamente para bien.
Un generación crecida en relativa comodidad tanto socio-política, económica e incluso sentimental, que no vivieron represiones extremas ni presiones ideológicas. Que se "sabían" con un futuro más brillante, más fácil, más prometedor del que sus progenitores tuvieron que construir. Que podían elegir su futuro, que respondían con ilusión a la pregunta clave de: ¿qué quieres ser?. Ahora mismo sin respuestas, es algo así como "mi gozo en un pozo".
Formados, y competentes abandonan un país que les ha llevado mas allá del nihilismo, la huida no es como pudo a haber sido en otros momentos de nuestra historia: una cuestión de supervivencia. No es como por ejemplo, en el caso de mi familia y en el caso de gran parte de la población, cuando todos los hermanos de mi padre huyeron tras la Guerra Civil cruzando el charco en paupérrimas condiciones. Ahora es una cuestión de aferrarse a los sueños (y el esfuerzo y dinero invertidos en ellos), que no tiene absolutamente nada que ver con "ilusión" ni "fantasía". Los sueños ahora son lo más real. Lo único que se posee. Pues es una generación que no tiene nada que perder, pues nunca ha poseído nada. Se van porque los echan, no con amenazas, se van por que analizan, apuestan a la carta más alta y probablemente no volverán. Enriquecerán con todo su potencial ese lugar al que deciden de manera individual "exiliarse". Yo ya estoy de luto. Las consecuencias son inimaginables. Gana el sistema, si señor. Gana el sistema porque así está construido.
El poder juega con el miedo y sus expectativas, juegan al ajedrez con nosotros y requieren de tres necesidades básicas: la primera de inseguridad, una segunda de hambruna y una tercera de ilusión, de expectativa de vida. Necesidades definidas y asentadas a través de simbolismo y control mediático pero principalmente, del miedo generado por agentes modificadores de conducta creados por y para la sociedad. Con esta basa, desde el poder ellos podrán hacer cuanto les venga en gana sin importarles el que se estrelle el sistema. El poder no tiene nada que perder porque él define el término "perder"
SAY HELLO, SAY GOODBYE
Siempre he simpatizado con el término "nomadismo" en todas sus aplicaciones (físicas y emocionales) como potencial enriquecedor. Pero esto es muy diferente. Ahora reniego.Yo deseo una generación que se mueve y fluctúa, va y viene, porque quiere, no porque siente desamparo. Esta situación exige cambios, cambios desde dentro, cambios totales. No emponzoñados con cuestiones necesaria y exclusivamente político económicas. Se necesita resistir, para remodelar todo: desde la economía, la construcción social y las mismas relaciones personales o sentimentales.
Somos libres de irnos a cuenta gotas de forma masiva, pero también somos responsables de no otorgar al poder lo que desean. Carta blanca para destruir y crear más términos como "futuro", "bienestar", y "vida". No les hagamos ver lo que ellos quieren ver, no viajemos en aviones de juguete roto, igualmente no tenemos nada que perder, pues no tenemos nada.
Raisa Maudit
Muchas Gracias por este texto, me siento muy identificada. Seguid así
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