LA JORNADA CONTÓ CON EL APOYO DE SINDICATOS DEL SECTOR PÚBLICO Y DE LOS ESTIBADORES
10/11/11 · Tomás Muñoz · Periódico Diagonal
Los activistas consiguieron bloquear el quinto puerto de Estados Unidos en Oakland, California, en una jornada marcada por la participación masiva marchas por toda la ciudad, donde se cerraron bancos y comercios.
El movimiento Occupy está haciendo historia en EE UU. Ya lleva casi dos meses establecido en puntos emblemáticos de las principales ciudades norteamericanas, pero el 2 de noviembre la movilización dio un salto cualitativo. Las calles de Oakland tomaron un aire festivo por la convocatoria desde el movimiento de una huelga general.
El llamamiento estaba motivado por la brutal represión del 25 de octubre, cuando se arrestó a más de cien personas y la policía utilizó gases lacrimógenos, granadas especiales para aturdir a los manifestantes y balas de goma. Una de las víctimas fue Scott Olsen, un veterano de la guerra de Iraq que recibió el impacto de un proyectil de gas lacrimógeno. Aún está en el hospital ingresado por una fractura craneal y lesiones cerebrales.
Las huelgas no son habituales en EE UU, de hecho la huelga general es ilegal desde 1947. Los empleados tienen prohibido por ley federal dejar de trabajar en solidaridad con otros trabajadores. Sin embargo, la primera huelga general del siglo XXI se ha llevado a cabo en Oakland, en la misma ciudad donde se produjo la última, en 1946.
El llamamiento fue secundado por un número elevado de ciudadanos de esta zona de la Bahía de San Francisco, teniendo en cuenta la ilegalidad de declararse en huelga de forma oficial. Sindicatos de maestros y enfermeras apoyaron (sin poderla secundar) la iniciativa, muchos estudiantes abandonaron las aulas y los profesores de institutos, escuelas universitarias y la Universidad de California que acudieron a los centros educativos impartieron clases de economía. El sindicato de estudiantes pidió que utilizasen el tiempo de las clases para hablar de los recortes en los presupuestos.
Solidaridad en toda la ciudad
La llamada a la huelga impulsó diferentes formas de solidaridad por toda la ciudad. Las escuelas públicas de Oakland sirvieron de puntos de salida de marchas de estudiantes, maestros y padres y madres, que se dirigieron al Consejo de Educación de Oakland, a varios bancos y al Ayuntamiento. Una rama de la marcha de unas 2.000 personasconsiguió que se cerrara el banco Wells Fargo. La acción estaba secundada por cientos de afiliados del Sindicato de Trabajadores de Servicios (SEIU). Aunque no han trascendido cifras, muchos trabajadores se tomaron el día libre (no remunerado) para unirse a las manifestaciones en Oakland. La mayoría de los pequeños comercios cerraron en solidaridad con la huelga, colgaron letreros en las ventanas en los que se anunciaba que no abrirían en apoyo al 99%, en alusión al lema de Occupy Wall Street que denuncia que el 1% del mundo acapara la riqueza.
En el caso de los trabajadores municipales el seguimiento fue muy amplio. La alcaldesa dio permiso para tomarse el día y poder sumarse a las marchas, lo que provocó el enfado de la policía. El momento culminante llegó por la noche, con una marcha masiva desde el campamento de Occupy hasta el puerto de Oakland, el quinto más activo de Estados Unidos.
La manifestación logró interrumpir el turno de noche, cuando la plantilla de los muelles se negó a cruzar un piquete compuesto por 15.000 personas. El conocido sindicato militante de estibadores (ILWU) –uno de los más progresistas en el país, el mismo que rehusó cargar barcos con rumbo a Centroamérica durante los años ‘80 en solidaridad con las luchas de liberación– hizo un comunicado admitiendo que era muy improbable que sus trabajadores del turno nocturno pudieran acceder a su puesto debido a la manifestación.
Los participantes en el movimiento interpretaron que fue una forma diplomática de sumarse a la acción y lo celebraron como una victoria. La gran autovía que une el casco urbano con el puerto estuvo colapsada por columnas de miles de manifestantes. La jornada acabó con 60 detenidos y dos manifestantes atropellados en los piquetes.
Fuga de clientes de la gran banca
El movimiento Occupy hizo un llamamiento para que el pasado 5 de noviembre los clientes de los grandes bancos trasvasaran sus depósitos a cooperativas de crédito arraigadas en la comunidad. Fue el espaldarazo a la campaña iniciada por Moly Katchople, una niñera de 22 años que a través de redes sociales propagó su indignación con que los grandes bancos hayan empezado a cobrar comisiones por utilizar tarjetas de débito. Según la televisión ABC, más de millón de consumidores en todo país se ha unido estas entidades las últimas cuatro semanas.
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